El Gran Vidrio presenta “Dislexia”, una exposición de diez artistas internacionales curada por Melina Berkenwald.
¿Cúando? Viernes 13 de abril 2018 – 19:30 hs
¿Dónde? El Gran Vidrio, Av. Humberto Primo 947, Córdoba, Argentina.
Tomando como punto de partida la noción de “dislexia”, un trastorno de la lectura que imposibilita su realización correcta, la presente exhibición reúne obras de diez artistas internacionales con diferentes aproximaciones a dicho concepto: Christian Falsnaes (Dinamarca), Emiliano Miliyo (Argentina), Fabián Liguori (Argentina), f.marquespenteado (Brasil), Franco Vico (Argentina), Gachi Rosati (Argentina), Katia Maciel (Brasil), Las Hijas de Israel (Argentina), Manuel Molina (Argentina), Paola Sferco (Argentina). El diseño de montaje estará a cargo de Las Hijas de Israel en conjunto a la curadora Melina Berkenwald.
Así, desde una idea de conflicto entre lectura y comprensión, los trabajos de la muestra exponen un abanico de situaciones en relación al lenguaje y al cuerpo, la legibilidad y el entendimiento, lo imaginado y lo real. En otras palabras, son piezas que proponen procesos opuestos a los de las lecturas habituales, junto con operaciones visuales y mentales alteradas que colocan al lenguaje en un lugar incómodo, provocativo, insólito o inesperado.
La obra de Christian Falsnaes propone dibujos que, al venderse, deben ser copiados y quemados por el comprador. La obra desaparece, pero queda en el registro fotográfico de dicha acción que también es obligatorio hacer. Se ponen así en juego temas sobre la autoría, la posesión, la imposibilidad de tener lo que se obtuvo, el control sobre la obra y los mecanismos y rituales del mundo del arte.
Por su parte, Emiliano Miliyo presenta un díptico de pinturas que da cuenta de las variadas definiciones de una palabra a través del uso de distintos diccionarios. Su obra potencia la superposición de significados y relaciones entre varios enunciados posibles, utilizando la técnica de la acuarela y del mosaico que también trabajan con una lógica de acumulación, composición por transparencia y yuxtaposición de datos.
Fabián Liguori presenta una instalación de varias piezas que incluyen un cartel intermitente, un video, mecanismos y otros elementos operando en diálogo. Una instalación que refiere a la imposibilidad de entender el mundo, como claramente indica su título que declara que “toda lectura del mundo está equivocada”.
La pieza textil de F.marquespenteado presenta la figura bíblica de Judas en un bordado oval montado sobre pvc. Allí, un rostro deforme de un hombre que parece ahorcado se asoma en un escenario narrativo de traición y de calvario, exponiendo el misterio y la extrañeza de un alma que sólo es conocida por su destino de traición.
Franco Vico presenta una nueva serie de collages relacionados al concepto de ambigramas: palabras o frases escritas o dibujadas de tal modo que admiten, al menos, dos lecturas diferentes. A través del uso de materiales tomados de internet, cada collage desarrolla una visión sincro-mística de la historia de las mal llamadas Teorías Conspirativas. Una visión en donde la cronología entre causas y efectos puede desordenarse, del mismo modo que un disléxico altera en su lectura-escritura el orden de signos o palabras.
Las pinturas de Gachi Rosati retratan firmas de diferentes personas relacionadas a su vida y su paso por diferentes instituciones. Utilizando un proceso pictórico preciso de copia de estos documentos, la artista pone en evidencia lecturas complejas que existen detrás de dichas grafías personales: un testimonio de vida puesto en papel o una radiografía de la personalidad tantas veces indescifrable.
Otra de las artistas de la muestra, Katia Maciel, aparece en uno de sus videos colgando de los estantes de su biblioteca. En un equilibrio inestable, la pieza indica una posible caída, la imposibilidad de saberlo todo y el peligro que implica el conocimiento. Su otro video presenta, en cambio, una frase sobre la repetición y el olvido. En una frecuencia constante de aparición (texto) y de vacío (pantalla en blanco), nuevamente la artista trabaja los límites del pensamiento, la recurrencia del olvido y el eterno retorno del que nadie escapa.
El colectivo de nombre Las Hijas de Israel produce especialmente para la muestra una ficción cuasi teatral a través de objetos sonoros, fotografías, videos y elementos dispersos. Todos presentan una historia que no se sostiene, pero que conforma un universo inusual y confuso. La propuesta da cuenta del deterioro existente y lo incomprensible del universo cotidiano.
El video de Manuel Molina registra una acción en un colegio secundario. El artista, disfrazado de mimo y copiando el estilo de Marcel Marceau, declama párrafos de la “Teoría estética” de Adorno, en especial en la sección en la que se reflexiona sobre la interpretación como imitación. El gesto y la palabra son llevados a la mímica a través de un texto referido directamente al lenguaje artístico y su sentido indescifrable.
Finalmente, el video de Paola Sferco muestra un primer plano del cuello de una mujer cantando en un idioma inventado. Esta pieza visual y sonora expone la extrañeza primaria de la palabra, la construcción ficticia del idioma y los estados vivenciales y emocionales donde se filtran la imaginación y la remembranza. La palabra, sonido extraño y disfuncional, es ahora materia, volumen y textura audible.
Indudablemente, en esta exhibición se manifiesta un paralelo entre la dislexia y el arte, siendo que muchas veces es en el propio trabajo creativo en el que aparece la dificultad de legibilidad como factor que enriquece e incluso conforma el trabajo del artista; una dificultad que puede incluso aportar cierto grado de misterio. La dislexia, entonces, potencia nuevos lugares de incertidumbre y de significados que no son socialmente acordados pero que, por consiguiente, le abren al espectador nuevos planos de esclarecimiento.
Cabe destacar que, junto con la selección de los artistas y sus trabajos, la misma propuesta curatorial plantea que la dislexia esté presente en el diseño expositivo de la muestra. Por tal motivo, el colectivo Las Hijas de Israel también fue invitado por la curadora a colaborar con ella en el diseño del montaje, para poner en juego la forma de observación y de lectura de las piezas, los dispositivos del montaje, el recorrido de la muestra y otras situaciones experienciales de quien la visite.