Por Flor Quiroga
Sus composiciones rememoran escenarios vintage, en donde el color es protagonista. Pasando por los filtros más audaces y cálidos hasta aquellos capaces de captar la frialdad de un edificio que pareciera de hielo, sus trabajos proponen un juego entre el lenguaje arquitectónico y la textura de lo cotidiano.
AY MAG decidió hacer zoom en la propuesta del fotógrafo alemán e indagar el recorrido que lo llevó a dedicarse al mundo de las imágenes.
¿Cómo comenzaste a dedicarte a la fotografía?
Antes de convertirme en fotógrafo pasé 6 años en la universidad estudiando lingüística. Lo más importante que aprendí en ese tiempo fue a organizar mi propio aprendizaje. Esto me sirve para cada cosa que hago. Cuando empecé con la fotografía, no quería hacerlo de manera forzada (me dedicaba a otras cosas para ganar dinero), me di cuenta que realmente quería dedicarme a esto así que quería saber exactamente todo acerca del tema. Lo demás vino sólo, de una forma muy natural. Creo que fue algo un poco tardío en mi vida, tenía 27 años y nunca antes me había interesado la fotografía. Siempre había querido ser músico, pero de a poco me fue fascinando el diseño gráfico y también un estilo muy gráfico de fotografía, el cual siempre había vinculado con la música que me gustaba. Pienso que uno puede aprender algo muy rápidamente si tiene las ganas de hacerlo. Creo que esta es la base y la razón más importante por la que todavía sigo tomando fotos todos los días.
Creo que existe una conexión muy fuerte entre vos, tu trabajo y Berlín, ¿qué podrías decirme sobre esto?
Berlín es donde comencé mi viaje por la fotografía. Es mi ciudad favorita, barata en comparación con otras ciudades, llena de lugares y gente interesantes, hay miles de cosas por descubrir y todo está en constante cambio. Cuando vine a Berlín recién había terminado mis estudios en la universidad. Sólo tenía trabajos de medio tiempo, pero eso me permitía explorar la ciudad con mi cámara y de a poco me di cuenta que disfrutaba demasiado la fotografía y que, si lo hacía bien, había formas de ganar dinero con esto. Así que decidí hacerlo realidad en 2011. Me convertí en fotógrafo freelance y el hecho de que Berlín estuviera en auge me ayudó mucho, la gente estaba interesada en mis trabajos acerca de esta ciudad y tuve la posibilidad de vender algunas obras y al poco tiempo recibí peticiones de revistas y galerías. Pienso que estuve en el lugar correcto en el momento indicado. Es una ciudad vibrante y lo ha sido cada vez más en los últimos años, es fácil sentirse molesto por toda esa gente cool, pero al final supongo que soy uno de ellos, no nací en Berlín y me mudé allí durante el boom. Voy a los clubes a donde van los turistas. Pero actualmente no me interesa si hay algo más cool que Berlín. Me estoy poniendo viejo para cambiar el lugar en donde asentar mis bases. Todavía voy a seguir viajando mucho, pero Berlín siempre será mi lugar en el mundo.
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¿Cuál es el rol que juega el color en tus fotos?
Los colores son geniales, amo los colores. Comunican demasiado y se ven geniales en las fotos. Siento nostalgia al ver fotografías llenas de color, me recuerdan a mi niñez y las series en la tele que solía ver. Me recuerdan a los 60’ y 70’, lo cual nunca vi en realidad, pero pude experimentarlo a través de las fotos de otros artistas y muchas veces me gustaría poder viajar en el tiempo. Extraño los colores en las fotografías en blanco y negro, parecen incompletas y frías en mi opinión. Seguramente, hay muchos casos en los que los que los fotógrafos trabajan perfectamente sin colores, podés jugar con los contrastes y tonos, pero como te dije, después de un rato extraño los colores y me aburro. Para obtener mejores resultados prefiero hacer mis disparos en un día soleado, usando filtros de colores con mi cámara y ajustándolos durante el proceso. Con el tiempo, los colores y la combinación que hago de ellos se convirtieron casi en una marca registrada. Lo que quiero hacer es transportar el sentimiento de calidez y nostalgia que tanto amo. Es definitivamente una cuestión psicológica. A veces estoy fascinado con la frialdad, la desolación y el aislamiento también, pero sólo porque me asusta, dentro de mí estoy siempre buscando calidez y amor, creo que como todo el mundo.
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