Observando todo lo que ocurre, todo lo que las calles y las texturas sociales le dan como estímulo a su lente ocular, pensando y absorbiéndolo todo a través de los marcos de su mente que encuadran la realidad, procesando imágenes y detalles con la máquina creativa que vive dentro de ella, para luego iluminar y bajar a tierra esas creaciones: así es como imagino a Paloma Árbol cuando dice “las inquietudes nos surgen en el día a día, bajo los comportamientos sociales que tenemos y que vemos todo el tiempo. Y eso me da ganas a mí de mostrar mensajes bajo una línea estética, muchas situaciones que pasan hoy o que pasaron antes”.
Este punto a partir del cual emerge su creatividad, en su evolución, se va ramificando en múltiples universos creativos que muchas veces van en paralelo, muchas otras en direcciones opuestas y, en otros casos, siguen el patrón del azar. En algún momento del recorrido, se vuelve necesario canalizar estos universos a través de múltiples medios artísticos y expresivos, lo que comienza a darle el formato final a su creatividad. En relación con esos medios, ella aclara que “siempre hay una parte donde uno está más conectado con una cosa que con otra”.
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Hoy es la fotografía la que nos convoca, su estilo de fotografía, una de las tantas maneras de las que se sirve para llevar sus creaciones al mundo, y con la cual retoma un diálogo personal a modo de reconciliación después de que “hacía un tiempo que la había dejado porque no me llevaba bien con ella”.
Esa incógnita que quema en el cuarto oscuro interior, esa que ansía saber ¿Quién es ella?, desaparece cuando se presenta: Ella es Paloma Árbol, artista inquieta y nostálgica de los años ’60. Para nosotros y por hoy, como habíamos dicho, fotógrafa, cuyo trípode de trabajo es “la composición del color, el encuadre que hago con las fotos y el mensaje que quiero dar”. Y que lleva en proceso, a modo de protagonista, el Volumen II de la Serie de Retratos de Personas. Eso fue lo que nos llamó, eso fue lo que provocó curiosidad.
“El eje central en la serie, en general, es gente apasionada por lo que hace y cómo eso genera interacción en la foto. La serie se basa en esto y se divide en volúmenes, no creerse que en cada volumen cambie el concepto.El concepto ya está y es ese, cambian las personas”, cuenta Paloma acerca de la serie.
En cuanto a los retratos que componen esta serie, sus palabras definen que “son bastante simples. No es que hay mucha dinámica, sino que más bien es un retrato clásico de personas, entonces es más que nada un trabajo de selección de personas por volúmenes”.
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Una selección que se enfoca a partir de la inspiración que alguna persona apasionada genera en la propia fotógrafa y que empieza al escribir y dejar asentados los nombres de esos sujetos que le gustaría retratar. Esta tormenta desubjetividades que acontece al principio está “muy ligada también a estas dinámicas con respecto a canalizar mi creatividad, con respecto a la filosofía, escritores, el cine, el teatro, bailarines” y a las personas “que me estuvieron rodeando este tiempo. No es mucho de lo que me va rodear en el futuro, sino lo que me estuvo rodeando todo este tiempo que yo estuve haciendo un trabajo personal”.
Ahí, una vez que seleccionó a las personas, la artista se toma el tiempo necesario para que el arte y su concepto se visualicen y pasen en su interior de la escala de grises a una brillante paleta de colores bien definida. Una vez logrado esto, Paloma se acerca al entorno con el cual la persona se sienta identificada, el punto blanco para la composición de los retratos y conversa con el futuro fotografiado para enriquecer el negativo de la sesión. Conoce a la persona y a partir de esa relación define la dirección que utilizará para sacar a la luz las habilidades fotogénicas del elegido y disipar los puntos negros o indeterminados que puedan oscurecer el equilibrio de la composición. “Dependiendo de lo que quiero contar es lo que hago en la post-producción”, dice, y luego ofrece más precisiones: “Con este volumen en especial no retoco tanto las fotos, porque quiero que sea lo más natural posible”.
Así es como Paloma abre una ventana para mostrarnos que, a pesar de que hay una infinita cantidad de universos paralelos, conviven en un mismo cosmos y cada uno de nosotros se puede nutrir de esa convivencia y esa posible yuxtaposición. “A mí lo que interesaría que a la gente le llegue es que no sólo podemos encontrar inspiración en cosas que estén ligadas a lo que nosotros estudiamos, a lo que hacemos, más que nada a los artistas o a los que están ligados a las cosas más artísticas, sino también poder ver que hay otras cosas que nos ayudan mucho para el trabajo personal”, cierra ella, en alta resolución.
Dentro tuyo conviven universos que… están en constante evolución. Si te cruzaras con vos misma en un paralelo…me diría unca dejes de aprender cosas. De este mundo cambiarías…los comportamientos sociales, entre humanos y para con la naturaleza. Te multiplicás en… muchas palomas viviendo en diferentes países. La realidad es… que no existe la máquina del tiempo ni de teletransportación. La fotografía es… una forma más de expresarse. El tiempo asombra con… su velocidad. Si viajaras en el tiempo… viviría el Mayo Francés. Lo irreversible…justamente, el tiempo. La ley que te guía es…la libre expresión. Ponés la fe en… que vamos a poder adaptarnos a todos estos avances sociales y tecnológicos de una manera sana y con amor.
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Conocé sus trabajos en: https://www.facebook.com/palomarbol
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