Daniel Juarez, artista. Obsesionado, meticuloso, impecable, sofisticado, pulcro, chabacano. Gusto por el fetiche y lo conceptual. Escarba y se interesa tanto el mundo sexual como religioso. Habita espacios mundanos, de su infancia, llevándolos a otro plano, mirándolos con otros ojos, haciendo de estos espacios y costumbres una obra de arte. Cualquier cosa que Daniel produzca, nos acaricia, nos da placer, nos tienta, nos parece bello, nos interpela en algún punto. Ir de lo visual a lo sentido. AY MAG te invita a conocerlo a través del Ciclo Obra y persona. Gracias a él: Portada.
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¿Cómo y cuándo nace Daniel Juarez artista? Siempre estuvo presente el interés de comunicarme a través de medios artísticos, pero una noche, en la escuela de arte de Río de Janeiro donde estudiaba, esa voluntad se manifestó de forma muy concreta. Teníamos clase de modelo vivo y la chica que vino (asidua modelo de nuestro taller) nos dijo que estaba sensibilizada porque al día siguiente volvía definitivamente a Minas Gerais (su tierra natal), y que por eso quería ser retratada sobre una tela azul, el azul del mar que siempre iba a llevar consigo… como yo estaba pensando mucho en la posibilidad de retornar a Buenos Aires (después de más de 7 años de estar en Río) eso me afectó mucho, me estimuló al punto que mientras pintaba sentía algo físico. La fascinante posibilidad de conectar mis pensamientos y emociones y poder representarlo en algo ajeno a mi cuerpo hizo que me plantee y valore por primera vez la naturaleza de lo que estaba haciendo.
¿Qué recorrido siguió tu carrera artística hasta hoy? Un gran motor para mi desarrollo como artista fue el haber participado de las clínicas de obra de Fabiana Barreda, salía tan estimulado de su taller que hace algunos años decidí dejar de hacer cualquier otro tipo de trabajo para dedicarme solo a esto. Fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado, tal vez por causa de esa energía canalizada en mis trabajos es que tuve la posibilidad de mostrar mis trabajos en varias muestras, individuales, salones y premios, lo que permite que pueda ver, y muchas veces sorprenderme con la relación que se produce entre la obra y la gente.
¿Qué proyectos estás llevando adelante? El mes pasado participé en una residencia de artistas en Labordeboy que fue muy enriquecedora. Después de haber hecho allá una obra, que significó mucho para mí, no volví a hacer nada. En otro momento el hecho de estar “inactivo” me hubiera generado ansiedad (supongo que debe estar relacionado con la culpa) pero por suerte aprendí que hay momentos que uno se toma para poder procesar experiencias que tarde o temprano terminan reflejadas en las obras.
¿Cómo definirías tus diseños? Me interesa la tensión que se genera entre el placer y la culpa, el fetichismo es la materia fundamental con la que trabajo, me interesa la materialidad de la obra solo en función de el concepto, por eso puedo trabajar con diferentes medios (incluso con los que no domino). En los últimos años estuve abducido por la sensualidad del charol, lo siento muy ligado a lo que me interesa contar.
¿Qué vemos en tu portada de AY MAG? “De la construcción del gusto” es una obra que surgió estando en la casa de mis padres. Siesta en medio de las fiestas de fin de año, todos durmiendo y yo recorriendo la casa, viendo todo como si fuera la primera vez y dándome cuenta que mi interés por el fetichismo no es casual. Una casa repleta de objetos cuya principal función era la de recrear la idea de HOGAR, el hogar que mi madre deseó para la familia. Decidí reproducirlos en acrílico y colocarlos sobre una mesa con aire museístico, sacarlos de su contexto y brindarles el lugar de importancia que todo fetiche reclama.
A la hora de crear, ¿cuál es tu filosofía cotidiana? Necesito que la obra sea honesta, honesta con lo que soy, con la única pretensión de que me represente. Hay muchas cosas que me interesan (lo místico, el sexo, la música, la política, las obsesiones, el paso del tiempo) y no me gustaría dejar de lado cualquiera de mis intereses sólo para poder lograr tener un “estilo” basado en la repetición de un único tema, ese es el principal desafío que me hago en el momento de comenzar algo.
¿Cómo te definirías? Me es tan difícil definirme…me gusta verme como un carnavalesco, ese carismático personaje que en las escolas de samba se permite mezclar sexo, música, religión, miedos y deseos con el objetivo de llegar a los otros.
Sitios web: www.daniel-juarez.blogspot.com.ar – www.daniel-juarez.com.ar
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