Por Jacques Bènard
Un escritor ¿nace o se hace? Este inacabable dilema fue resuelto por Kerouac, hace unas cuantas décadas distinguiendo al genio del talentoso. El talentoso utiliza bien, mejor que muchos, las herramientas literarias conocidas; un genio, aporta algo nuevo, una originalidad. El genio nace siéndolo, trae consigo algo que introduce al mundo; el talento se adquiere con la práctica; porque al final lo importante no es tanto lo que se escribe, sino cómo se escribe.
Trasladado al mundo del cine, se puede decir que «genios» – los que crean una nueva forma de hacer cine – hay pocos, en general incomprendidos. Jim Jarmusch es dueño de un estilo cinematográfico propio y único: tiene sus reglas, su ritmo y su estética particular. Un film de Jarmusch sólo se parece a sus obras anteriores, sin que importe el tema que aborde. En Only lovers left alive vemos una de las mejores versiones de ese estilo original que distingue sus películas
Adam es un músico depresivo y Eve amante de la literatura. Ellos están casados hace siglos, y viven su matrimonio a distancia; criaturas de la noche, unidos por un amor inmortal, sometido a los obstáculos que enfrenta toda pareja en el mundo moderno. Pero al mismo tiempo algo los aleja del resto de los mortales, una necesidad que los diferencia y que los condena a vivir al margen de la sociedad, unidos y en soledad. Con la estética cool, morosa, visualmente atractiva y musical que lo separa de sus contemporáneos y antecesores, Jarmusch aporta un modo original de tratar un clásico y seductor mito de la literatura y el cine.
IMBd: 7,3 / 10
Netflix: NO
Link para ver película online: Aquí
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