Es frecuente oír que lograr algo bueno y simple es complicado. Las ausencias, la simplicidad, lo básico en una película se notan y molestan. Pero si estos puntos son trabajados en profundidad pueden ser brillantes. Ése es el espectáculo que brinda Killing them softly (Mátalos suavemente). Si sos de los que aprecian la nada en medio de un todo, este film es para vos.
Estamos solos. No hay apellidos, no hay historias ocultas, no hay mujeres en escena salvo una prostituta, no hay sonrisas, no hay sentimientos, no hay conexiones, no hay lealtad, no hay una gota de esperanza. Oscuridad y comedia de a ratos. El dinero, único motor que moviliza a cada uno de los personajes. Ni siquiera la venganza, el morbo o la justicia por mano propia son despertadores a la acción. El director, Andrew Dominik, consigue esa misma nada de “family values”, de “follow your dream” o “moral compass”. La película te lleva a un vacío y soledades que perturban, dejan en el aire.
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La música, los silencios y las escenas pausadas juegan un papel aparte. Le otorgan el marco perfecto de comedia absurda, que permite recrear los sentidos como verdaderos refrescos en medio de la película. En pasajes intermedios, flashes de campañas presidenciales norteamericanas pregonan “The American dream” y se suman al sarcasmo. Aun así, la propaganda va por un carril distinto al de la realidad.
El guión y las actuaciones también merecen aplausos. La soledad y el vació se consiguen a fuerza de palabras. Palabras justas en los momentos precisos. Cada personaje encierra al espectador, aunque no muestra una salida. Los diálogos se cargan con apatía, indiferencia, violencia, miedos, traiciones, desganos.
La trama de la película acompaña el fin de la misma. Simple, hasta por momentos demasiado real. Un oportunista contrata dos ladrones de medio pelo para robar una casa de apuestas clandestina de la mafia local de Nueva Orleans. No hay plan, no hay preparación, ni siquiera hay recursos. Una escopeta recortada, unos guantes de goma, la típica media como pasa montaña, un par de gritos y el robo sale bien. Nadie corre, nadie persigue, nadie ve nada. Simplemente sale bien y la economía criminal colapsa. Entonces debe aparecer Jackie(Brad Pitt), matón a sueldo, para reestablecer el orden perdido.
Es la tercer película de Andrew Dominik en doce años. Director y guionista de “Mátalos suavemente” (2012), “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” (2007) y “Chopper” (2000). Tal vez debamos esperar unos cinco años más para poder ver otra producción suya.
Killing them softly en Cine Hoyts.
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