Una tradición latina es la de festejar los 15 años. Vestido de princesa, salón decorado, familiares y amigos, música y espectáculos. Todo se prepara para una noche de ensueño. El desfile de 15 aniversario de Renzo Rainero no fue la excepción.
La citación para los modelos fue a las 2 de la tarde. Cuando llegué a la esquina de Av. Del Piamonte y Cárcano, el sol comenzaba a irradiar con fuerza, anunciando la llegada de la primavera.
Un portón se abre automáticamente e invita a pasar. El cemento fresco y las líneas recién pintadas del parking revelan lo nuevo del lugar, a menos de un mes de su inauguración del Palacio Alsina. Llama la atención sus altas puertas y los dos inmensos pisos. El staff va y viene para que todo quede perfecto. Las paredes negras del lugar contrastan con el blanco de sillas y sillones que rodean la pasarela. El alma de fiesta se hace sentir.
Comienzan los trabajos previos a cualquier desfile: maquillaje, pelo, fitting y a esperar mi turno (que demanda paciencia), pero que da lugar a la charla de entretiempo; conociéndonos con unos y poniéndonos al día con otros.
Llegado el momento, salimos a practicar a la pasarela, producción a cargo de Agustín Betbeder; al mando de dar las indicaciones del gran desfile. Es ahí que lo veo al diseñador Walter Rainero, a un costado, de brazos cruzados, pensativo, observando todo el contexto. Decido acercarme suavemente como predador de la selva, para no interrumpir su concentración.
¿Así que quince años Walter? ¿Cómo valoras todo este tiempo? “Todo se hizo con mucho esfuerzo y dedicación. A veces cuesta. Pero acá estamos hoy y lo vamos a festejar”.
¿Qué propone la nueva colección? “Siempre buscamos dar algo que en Córdoba no hay. Ahora vamos a ver mucha bota estilo texano y mucho color”.
Es momento de esconderse detrás del telón. La fiesta está por comenzar y cada uno debe estar en su lugar. La ansiedad pre-desfile nos invade a todos los que formamos parte. Uno de los asistentes llega con dos bolsas repletas de comida que ayudan a calmar los nervios.
Candelaria Corti está encargada del estilismo. Sus asistentes no dejan ningún detalle librado al azar. Todo luce impecable. Nos acomodamos en fila para conquistar el runway.
Es allí que una hermosa voz de mujer y un piano de fondo comienzan a zumbar en mi oído. Son Camila Taleisnik y Daniel Villegas. Con un francés impecable, se escucharon compases de Charles Aznabour y el clásico “Je Veaux” del grupo Zaz.
Ahora es mi turno.
Lo que viene a continuación es difícil de explicar. En el catwalk, uno sólo piensa en caminar y no caerse en el intento. Antes del primer paso, tomo un fuerte respiro y, a partir de allí, doy el que sigue. Todo está oscuro, menos el lugar por el que tengo que transitar.
Una vez llegado a la punta, los flashes de las cámaras inundan mi retina. Es hora de pegar la vuelta. Terminada la pasada, mi pie derecho se relaja pero el izquierdo sale corriendo para el próximo cambio.
Agustín nos acomoda para el final. Una sorpresa está por verse. Salimos todos en dos filas con cuatro o cinco globos de color blanco y el logo de Renzo Rainero en medio. El techo del Palacio Alsina se abre hacia un costado y una brisa que transporta el final del invierno entra en el recinto.
Los globos quedan en libertad al ritmo de los aplausos y elogios.
Volvemos al backstage aliviados de haber cumplido con la tarea. De ahora en adelante nos sumamos al festejo. De vuelta a casa, agarro la compu e inmediatamente las fotos comienzan a dar vueltas por las redes. Una me llama sumamente la atención… Walter sale a saludar de la mano de su hija. Ella lleva puesto un buzo con las palabras WHY NOT… y me pregunté lo mismo. ¿Por qué no? ¿Por qué no brindar por 15 años más? Salud.
Ph Facu Mollard para Palacio Alsina
Prendas de hombres: Panorama
Calzado: Renzo Rainero
Producción general: Juan Carlo Lagger
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