Las escaleras de Black Sheep tienen algo intrigante. Uno suele encontrarse con amigos, gente linda, y muchachos moviendo los pies al ritmo de la música mientras fuman cigarrillos y se ríen con sus compañías. Y así, escalón a escalón, peldaño a peldaño, estas escaleras hacen crecer las expectativas sobre la noche que nos aguarda arriba, tras esos vidrios rojizos.
El ciclo de RockMe en Black Sheep nos invitaba nuevamente a cortar la semana de la mejor forma: con excelente música en vivo. Se acercaba la 1 de la mañana y los Apolo Beat hacían suyo el centro de la escena. Con guitarras y sonidos distorsionados, anunciaron un repertorio que serviría de presentación de su último disco, Actriz. Y gracias a su sonido característico, no hizo falta decir mucho más. Apolo es una banda que se disfruta y suena cada vez más sólida, más distinguida, y más pegadiza. Un equipo que parece hecha a la medida de su hinchada, esa que bailaba y surfeaba las olas de un miércoles desde lo alto de la ciudad. Apolo Beat, como es usual, desplegaba una combinación musical que no entra en ninguna etiqueta (Magenta, Actriz, Nueva Ola y más) sosteniéndose en una percusión deliciosa que incitaba a los cuerpos a moverse libremente. Una banda cuya propuesta es resonante, prolija e invita a volver siempre por más.
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Fotos: Julieta Cementerio
El calor invitaba a empinar las bebidas y la gente brindaba aplacando la temperatura que subía en la casa de la oveja. Como entremés, el gran CJ Carballo hizo un breve paseo por un set mega bailable, pasando por algunos sonidos motowneros, por el monarca del pop, Michael Jackson y hasta Chromeo. Definitivamente, la consigna de la noche parecía ser unirse a la energía bailable que se contagiaba desde los parlantes hacia el público en un ida y vuelta por de más entretenido. La pista ya era una selva y estaba lista para Los Monkys. El Madchestercordobés anunció su llegada con Doestone (un sentimiento, según dicen ) y explicaron en teórico-práctico cómo sonaría un hijo de Oasis y los Stones nacido en nuestra veryown Docta. Con el lead bajo un piluso místico, la banda comenzó a sonar atacando con beatspopperos de primer orden. El público no espero para prenderse y salir a danzar también. Los presentes coreaban a gusto los temas clásicos y nuevos de la banda cordobesa, que aprovechó la ocasión para presentar temas de su próximo disco, Sí Fácil.
“Aguante lo que pasa en Córdoba”. Con esta poderosa frase, Los Monkys cerraban el set, parte de una noche donde la combinación de estilos había triunfado sobre el posible cansancio de la semana. La ebullición constante de nuevas propuestas en nuestra ciudad es innegable y cada fecha termina con una conclusión similar. Aburrirse en Córdoba cada vez es más difícil, basta con atreverse a salir afuera para que te atrape la energía de bandas nuevas, no tan nuevas, la fusión de ambas; ya no importa, siempre y cuando la consigna sea disfrutar del arte en su estado más puro. Miércoles de dioses y primates: ya toda la semana vale la pena.
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