“Cuando era chica me regodeaba imaginando que me moría y desde la invisibilidad de algún espacio etéreo podía ir a mi funeral y ver cómo todos me lloraban. Una idea narcisista y bastante tonta si descubrís que es mucho mejor soñar que te morís, volvés como un cadáver articulado y lográs que todos te teman”....
Entrada