El espacio blanco y puritano de la sala del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) de repente se irrumpe. Una gran instalación sobre una serie de tarimas planas. Un mini hombrecito con un hacha, aquello que rompe y destroza empieza a perder la dimensión inicial. Sin siquiera intentar comprender el relato, casi como...
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