El lugar, Milveintiuno. Un frente colorido. En la puerta, una cabeza de maniquí femenino cuyo cabello se cubre de extremidades inferiores de juguetes. Un fenómeno casi gracioso, infantil, de ensueño. No podía ser otra cosa que la muestra de SilviodePlástico. Mientras que Campari sirve a los invitados y nos conecta en una misma sintonía artística....
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