Salsipuedes

“Es una película lenta, así que paciencia”, avisa Mariano Luque, el director de cine cordobés, que con su ópera prima Salsipuedes participó en festivales como Cannes, Berlín y BAFICI. Pero el público lo desmiente con firmeza cuando termina la función. Y es que en las pausas, silencios y descripciones que cubren los 65 minutos del film, pasan muchísimas más cosas que las que podrían ocurrir si el director hubiera elegido suplantarlas por escenas de acción o violencia explícita.

La historia es simple. La cotidianeidad de una mujer maltratada por su pareja. Una madre y una hermana silenciosamente cómplices, y lo avasalladoramente cercanos que pueden parecernos aquellos personajes.

Salsipuedes oprime y desgarra porque nos muestra desde dentro algo que forma parte de nuestro propio mundo. La tensión aumenta y vemos desaparecer la pantalla, al tiempo en que sentimos que podríamos cruzarnos a aquella pareja en el río, en la calle o en cualquier lado.

Entrevistamos a Mariano Luque. Nos habla de su experiencia, sus proyectos futuros y el cine en Córdoba.

¿Cómo nace Salsipuedes? ¿De dónde surge el deseo de hablar sobre la violencia doméstica? La película la escribí hace un par de años, fue un proceso muy largo. Uno empieza a escribir escenas sueltas sin tener mucha noción del tema que va a desarrollar. Eso se va descubriendo en el mismo proceso de trabajo. Los actores aportaron mucho. Construíamos de forma colectiva, concentrándonos en lo que pasaba en la película, más que en la cuestión psicológica de los personajes. Creo que los temas se terminan de cerrar cuando mostrás la película. Muchas veces el público te da interpretaciones que no habías tenido en cuenta. Ahí es cuando se da la lectura final. El tema en Salsipuedes no es solamente la violencia doméstica, sino la violencia naturalizada, la cuestión de algo que está institucionalizado, que no se ve. Una violencia que está todo el tiempo presente sin necesidad que haya grandes golpes o frases sobre la violencia misma.

¿Qué sentiste al ver la buena recepción del público y en los festivales que tuvo Salsipuedes? La película tuvo todo tipo de recepciones. Hubo proyecciones en donde la gente no respondía o se me acercaba a decir que no le gustó. En cuanto a los festivales, estuvo en Cannes, en Berlín, en el BAFICI. Hubo todo un trabajo de gestión que hizo posible eso. También hay un gran factor de suerte, pero existe un gran trabajo por detrás para que eso suceda. Yo creo que he tenido respuesta, no se puede pensar en términos positivos solamente cuando se acerca alguien a decir que le gustó, hay mucha gente que te hace críticas y te explica lo que no le gustó, y me parece a veces más positivo y fructífero.  

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Fotos de la fanpage oficial Salsipuedes

¿Cuáles son tus proyectos a futuro? Ahora estoy trabajando en dos proyectos. Uno propio que se llama “Otra madre” que lo produce mi compañera de trabajo, Julia Rotondi, y a la vez estoy produciendo su primer película que se llama “Siete ritmos”. Estamos con las dos en etapa de desarrollo, trabajando para poder hacerlas.

¿Cuál es tu opinión y tus expectativas en torno al cine cordobés? Hay un caudal importante de estrenos y de trabajo, no solamente a nivel producción, sino en la crítica, el servicio técnico, los actores. Se está moviendo mucho más el circuito que antes. Me parece sumamente positivo. Sin embargo, opino que el momento de superación va a ser cuando no sea más necesario hablar del “nuevo cine cordobés”, sino que todas las películas se conciban como obras artísticas, sin tener que categorizarlas. Creo que ahora estamos en un estado inicial súper necesario. Es bueno pensar en que vamos por más, sin que exista la necesidad de subrayar que somos cordobeses. Mejor decir: “somos directores de cine y hacemos cine”.