El retro­-futuro ya llegó: suena De La Rivera

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Gastón, Lucas y Tomás hablan del presente de su banda, evocan genes inspiradores y valoran la importancia de la suerte y el esfuerzo.

Ph Rocío Yacobone ­- rocioyacobone.com – Estilismo: Mel Bacaloni – Make up: Yoha Moon

Es un día de semana, la convulsión se nota en la ciudad y en una camioneta cargada de instrumentos al lado de un confuso portero eléctrico. Unas gafas psicodélicas presentan al power trío: Gastón Pérez Rivera, Lucas Rivera y Tomás Rivera arriban a destino. Para De la Rivera el ritual de las producciones es natural: percheros, pruebas de vestuario y maquillaje forman parte del combo. Habitando el aura estridente y geométrica de Forget Yesterday, comienza el juego.

Son primos, tienen una banda y hacen funk. Junto con Rayos Láser, Hipnótica y Juan Ingaramo crearon Discos del Bosque, uno de los sellos discográficos independientes más importantes del país. Pero detrás de lo aparente hay mucho más. Los muchachos tienen un superpoder y llevan lo bailable a otra dimensión.

AY MAG De la Rivera 2

La genealogía del funk

Quizás el ácido desoxirribonucleico haya ayudado. El padre de Gastón y la madre de Lucas y Tommy son hermanos. Y la madre de Gastón y el padre de los chicos, también. Lucas no sabe si decirlo o no, se ríe, vuelve a dudar y dispara: “A mí me parece que el gusto y el sueño por la música puede venir por los Rivera, pero el talento creemos que viene genéticamente del otro lado”. Jorge Bonino, el Antonin Artaud argentino, era uno de sus tíos. Artista controvertido y genial, reconocido mundialmente, irritaba y generaba carcajadas en la misma medida. De alma intensa, Bonino terminó sus días en el Neuropsiquiátrico de Oliva a comienzos de los ’90. Y quedó como un mito familiar. “Mirando para atrás, él fue el único (o el primero) que se animó a meterse de lleno en el arte”, cuenta Gastón. Con un antecedente arrollador, los chicos iniciaron su propio camino desde la vibra del funk and roll.

La banda del colegio secundario era potente: desde el inicio del nuevo milenio hasta 2003, los chicos formaron Grand Sonar. Ese año, Gastón comenzaba a estudiar Publicidad en la capital cordobesa y los hermanos pusieron “Chau Naranjo”, su estudio de grabación en Villa Nueva. En un mundo poco digitalizado, las ganas de tocar juntos estaban, pero la coincidencia geográfica no. “¡Y todo esto fue pre­Facebook! Imaginate que teníamos Messenger todavía”, dicen y se ríen cómplices, conscientes de los años que separan Chatsettera, su grupo de WhatsApp, de esos dos muñequitos verdes que daban vueltas sin parar augurando el Inicio de Sesión. “Grand Sonar también era una banda de funk: no es que un día dijimos ‘Ah, ¡mirá qué bueno está Jackson Five y Daft Punk!’. Ya veníamos trabajando ese estilo, pero en ese entonces sonábamos más ‘90, más Red Hot Chili Pepper, más Lenny Kravitz”. Cada intento musical fue consolidando una suerte de tropiezos elegantes que, encadenados, formaron las certezas: así nació De la Rivera.

Family Game, su último trabajo, conjuga sus lazos genéticos con un amor hacia lo retro y lo lúdico. Si Volumen I representó ese disco instrumental que marcó el reencuentro, con Family Game la búsqueda fue otra: trabajar en la canción como estructura y en la pre producción como proceso. Así llegaron a un disco superador que confirma que en la vida los puntos se conectan mirando hacia atrás. “En realidad, mucho del éxito de FG fue gracias al comercial de Toyota que nos permitió dedicarnos un año exclusivamente al disco”, afirman los chicos electrofunk.

Soñar es gratis pero a la suerte hay que ayudarla. Puede ser un comercial en EEUU o una canción junto a Emmanuel Horvilleur. “Yo creo que el sudor, el trabajo y aguantártela mucho tiempo firme en lo que vos creés trae sus frutos”, dice Tommy. Y Lucas agrega: “Pero también es esfuerzo, sacrificio y habernos cansado de laburar y que nos digan que no. Ese sacrificio hace que sepas que escuchando muchos ‘No’ puede haber algún ‘Sí’”.

Para masterizar Casettera, Gastón se puso a mandar mails desde un Starbucks de Los Ángeles: “De mil mails respondió Brian Big Bass Gardner, que venía de laburar con Michael Jackson, Frank Sinatra, Prince… ¿Por qué nos respondió él y no todo el resto? Quizás también haya un algo que nos abre puertas”, explica el mayor de los primos. Lucas se tienta y en medio de la risa cuenta: “En el armado de Flash, me acuerdo que estaba grabando las baterías y los chicos me dicen ‘Che, ¿y si metés un platillo ahí? Porque capaz podemos decir FLASH! ‘. Pero no sabíamos que iba a salir bien, ¡si el tema no tenía letra! Y quedó mortal”.

La fuerza de la intuición demuestra una y otra vez que en ellos es real. La suerte tiene forma de mail, de platillo, de pálpito, de epifanía. Lo mejor aún no llegó. Porque todo es un flash: suena De La Rivera.

¿Cuándo se sienten en Estado Puro?

Gastón: A la mañana, componiendo, tomando mates juntos, arrancando a las 8am con beats a 130, al palo.

Lucas: En mi caso no tiene que ver sólo con la música, sino con lo que somos. Me parece que es en el auto, viajando y tomando mates. Hablando de cualquier tema: familia, algún “che, qué bronca que no nos sale esto”, novias, sueños.

Tommy: Para mí en el pre­show, o el post show o yéndonos a dormir todos juntos, riéndonos de algo. Esos momentos: somos hermanos, nos criamos juntos.

AY MAG De la Rivera

BAR:

­ Gastón: T­ shirt Ray Forget Yesterday + Jean Rock Vegas A.Y. NOT DEAD

­ Tommy: T­shirt Forget Back Forget Yesterday + Jean Rock Sonic A.Y. NOT DEAD

­ Lucas: T­shirt Flag Forget Yesterday + Jean Rock Ibolt Dylan A.Y. NOT DEAD

EXTERIORES:

­ Gastón: T­shirt Bit Forget Yesterday + Jean Rock Vegas A.Y. NOT DEAD

­ Tommy: T­shirt Tetris Forget Yesterday + Jean Rock Sonic A.Y. NOT DEAD

­ Lucas: T­shirt Logos Forget Yesterday + Jean Rock Ibolt Dylan A.Y. NOT DEAD

 

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