No te vayas de la fiesta, nos pidió Fran Saglietti en el cuerpo de Francisca y los Exploradores. El Destino – ft. Adrián Dárgelos fue la pieza que conquistó nuestros oídos y nos llevó magnéticamente a querer más de la fuente de dónde eso provino.
El viernes 20 de mayo arrancó con la energía por la estratósfera. Con la conducción de CJ Carballo, un DJ set pergeñado milimétricmente por los Hipnótica, y la musicalización de DJ Misterio, la noche de Casa Babylon auguraba vibras que nos atarían hasta altas horas de la madrugada.
La puerta de entrada a todo aquello vino de la mano de Telescopios. La banda que rompió sus propios paradigmas con El Templo Sudoku (2015), habitó las tablas para reconfirmar que el talento, la espontaneidad y la academia son una fusión posible en el universo de la música.
Cantar es la gimnasia mejor, nos susurraron los Telesocopios: y así, con nuestros oídos ya entrenados recibimos a Francisca.
Ataviado con un sombrero de ala ancha, colores primarios, figuras geométricas, Fran Saglietti desembarcó en el escenario de Babylon. Una celebración de acordes, de microhistorias hechas canción, la complicidad de la subjetividad de cada una de las mentes que pisaban la Casa, hicieron de la noche una velada a recordar. Quizás el entrecruzamiento de las letras con los recuerdos particulares, la identificación inmediata con algunas frases, la armonía calma que hacía necesaria una escucha atenta y concentrada, sean la clave para entender a Francisca y los Exploradores como una especie de libro de experiencias hechas música. Un diario íntimo de multitudes, en clave de sol.
Es viernes. Somos exploradores en una ciudad a veces gris y no dejamos de insistir en regar la luz. Permanecemos y creamos.
Quedate hoy. No te vayas de la fiesta.
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