Más de 100 bandas. Los consagrados. Los emergentes. Todos. Árboles, aire de campo, zapatillas, ansiedad, pogo y lluvia. Intenso inicio del festival de rock más grande del interior del país. El Aeródromo Santa María de Punilla fue sede de la incontenible energía que resonó en cada rincón de la montaña. La euforia recorría los cuerpos y se hacía sentir en cada escenarios: Non Palidece, Los Pericos, Riddim y Kameleba estallaron el Escenario Movistar. El Escenario Alternativo Pepsi contó con la presencia de Hernán Casciari, Carca, Fonez y los Smoke Sellers. El rock más pesado y terrenal llegó de la mano del Escenario Hangar Metal para Todos, reivindicando el hard metal como parte inseparable de la música nacional. El Escenario C* Rock sacó chispas con Octafonic, Científicos del Palo y Trístemente Célebres. La cumbre de la montaña: el escenario principal y los grandes. Babasónicos emanó una onda expansiva arrasadora que los más de 30.00 personas presentes sintieron en esa sincronía casi exacta, ese puente perfecto que sólo la música sabe crear. Y llegó la lluvia. Y con ella, el salmón: Andrés Calamaro vino a reconfirmar que es más rock que nunca y que los grandes artistas jamás pasan de moda. Pañuelo atado en la cabeza, guitarra en mano: épico y más vigente que nunca.
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