Es viernes y La Fábrica está más violeta que nunca. Una bici atada a un poste de luz, un Audi blanco y despampanante estaciona enfrente, un colectivo de línea se detiene en su parada. Muchachas y muchachos llegan caminando, remises y taxis cortan el contador, prenden la luz interna del auto y pispean adónde es...
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