Por Flor Quiroga
‘La primera experiencia del arte debió de ser la de su condición mágica y prodigiosa’, esta es una de las primeras líneas que pueden leerse en el ya clásico ‘Contra la interpretación’ de Susan Sonntag. Este rasgo mágico de la creación artística se resuelve en el enclave conformado por su esencial carácter comunicativo y la manera en la que aborda lo más propio de la condición humana, poniendo en juego sus propios límites: se trata de arremeter contra ellos.
Así, en su quinta y última inauguración prevista para este año, el Museo Genaro Pérez pone en diálogo el trabajo de cuatro artistas tomando como disparadores, la pregunta por el sentido del mundo y la escisión de lo racional de lo corpóreo.
En ‘Todo es uno’, Roberto Saez plantea una conexión tácita entre cada una de las obras presentes en la sala: hay un diálogo cómplice entre ellas que guían al espectador en un recorrido hacia la búsqueda de los significados de los simbolismos. Se trata de poner en juego lo recóndito del pensamiento y sus laberintos insoslayables. Las figuras, inconfundiblemente humanas, proyectan desde el eje del pensamiento un punto de conexión con lo otro, lo ajeno, aquello que existe por fuera de nosotros mismos pero cuyo ser revela el conocimiento mutuo.
Por su parte, las esculturas y acuarelas que reúne José Utrera en ‘Orígenes’, revelan lo más prístino y primitivo, un momento previo a la preponderancia de la razón. Se trata de lo natural en su relación con lo humano, el instante previo a la vinculación entre ambos entendida en términos de dominio. Todo es armónico y está en perfecta concordancia con la elección de los materiales y la paleta que los mismos ofrecen en su estado natural o intervenidos por el artista. Hay figuras que yacen, que buscan, que atraviesan una fase de descubrimiento del mundo, revelando la propia interioridad del artista en una suerte de autoconocimiento y su relación con el Arte.
Con ‘Cuál es el sentido de la vida? No puedo responder a eso, pero dame un tiempo y escribiré una obra de teatro realmente larga en la que no sucede nada’, Constanza Ruibal pone en juego la búsqueda de una significación última del mundo colocándonos frente a la incómoda posibilidad de un nihilismo existencial. Esta búsqueda de sentido aparece como inminente consecuencia de la racionalidad humana. Esta serie de intervenciones conjuga manifestaciones y expresiones más allá de todo lenguaje hablado o escrito, inicia una búsqueda en favor de otras formas de expresión.
En ‘Roer’ de Marisol San Jorge, lo caricaturesco, lo animado y el protagonismo de colores saturados se resuelven en la escisión de lo corporal respecto de lo racional. Esta serie de dibujos y objetos, deja entrever la necesidad de asumir una actitud de rebelión frente a ciertas estructuras sociales que tomamos como dadas e incuestionables. Lo corpóreo y su repetición fragmentada: piernas, piernas que huyen escurridizas, que corren, que caminan, que danzan, que se ocultan, que resisten, piernas que dialogan las unas con las otras.
Cuatro exposiciones que dialogan entre sí e interpelan al espectador, a la vez que proponen la reflexión respecto a la posibilidad de desmontar ciertas estructuras naturalizadas en nuestra cotidianidad.
¿Cuándo? Martes a Domingo de 10 a 20 hs. Hasta finales del mes de Feberero.
¿Dónde? Museo Genaro Perez, Av. Gral Paz 33
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