Formado como músico, Santiago Paredes es artista y diseñador independiente. Junto con Lucía Evangelista co dirige Moria, una galería de arte contemporáneo en Villa Crespo – Buenos Aires.
Santiago cuenta que se inició en la indumentaria por casualidad: «Venía pintando un montón de iconografía de high fashion, mezclado con escenas de geishas y looks salidos como de Soul Train. Pasar de los textiles en seda que estaba haciendo a una colección de kimonos, buzos, vestidos, tapados, almohadones fue una consecuencia muy natural. Yo no estudié en ningún lado, fue más que nada diseñar la ropa desde la ingenuidad de la pintura y después ver cómo terminar de darle forma».
Lo primero que experimentó fueron los kimonos, con molderías más simple y luego empezó a probar qué pasaba con los diseños en otros tipos de tela: plush, matelasse o telas más transparentes. «De a poco fui descubriendo cosas que podía hacer y lo que salía es la respuesta de esa experimentación».
¿Cuál es la prenda estrella de Santiago Paredes? «Hay 3 cosas que se venden siempre no importa la edad o temporada: el pañuelo posmo, el buzo del conejito y el kimono de crisantemo. Tienen algo universal y particular a la vez, creo que eso es lo que hace que todos lo elijan».
¿Qué etapas forman parte de tu proceso creativo? «Casi tan importante como hacer es elegir. En los resultados hay todo un trabajo previo de investigación. Estoy constantemente viendo muestras, colecciones o material gráfico de todo tipo. Ya sea revista, libros, tapas de discos, videos. Lo que sea. Uno nunca sabe dónde va a encontrar un disparador, es algo así como un mensaje en una botella inmaterial que está ahí esperándote a vos. La música también, brinda el humor indicado en el momento indicado. Quizás a veces estoy trabado con algo y con solo cambiar la música ya todo se suelta.
Trabajar con la computadora también aporta facilidades de todo tipo, puedo disponer de cualquier color, pensar en cualquier escala. Puedo proyectar tener por ejemplo 10 metros de azul parejo, o jugar con contrastes muy difíciles de conseguir, muy digitales».
¿Cuál es el principal desafío que te toca atravesar? «Quizás el mayor desafío tiene que ver con la coyuntura. Proyectar cosas en Argentina es complicado sobretodo por la inflación y los vaivenes de la economía. Siempre hay que hacer todo con mucha antelación por que los precios suben, el problema es que las ideas no sabes cuando terminan de cerrar. Más alla de eso, la presión del tercermundo nos hace mucho más especiales. Veo que en Europa, por ejemplo, es bastante mas homogéneo todo. Acá hay una viseralidad muy única y los artistas son muy multi taskin. Todos somos pintores, montajistas, curadores, galeristas, cadetes y gerentes a la vez. En el primer mundo quizás te especializas en algo y la quedas ahí, un poco una especie de celda aterciopelada, muy confortable».
Tus herramientas indispensables de trabajo… Internet, mate cocido, miles davis
La cosa más simple… Saltear ajo y oliva
Un lugar sorprendente dónde encontraste inspiración… Un paredón rosa gigantesco que vi en una escuela de San Telmo donde una vez fui a votar.
Un material, un color y una forma… goma espuma, el rosa , un cuadrado.
La mejor distracción… Salir a comprar flores
Santiago Paredes aquí y ahora… En octubre parto a Barcelona donde participamos con obra mía y de Laura Ojeda Bar de la Feria Swab. Es nuestra primera feria internacional fuera del país, vamos a ver qué nos depara.
