Día uno #CR14: la lluvia que sí fue

Home Música Día uno #CR14: la lluvia que sí fue

Son las 17.10 del sábado a la tarde y la ruta E-57 (Camino del Cuadrado) muestra un horizonte disímil: a la izquierda el azul profundo del agua, ese del mar cuando viene removido; a la derecha un celeste salpicado. ‘¿A dónde vamos nosotras?’ ‘Ni te preocupes, vamos allá abajo, donde está el celeste’. Mentira. Lo sabía en ese momento y lo confirmé cuando cerca de las 22hs. las primeras gotas empezaron a notarse. De a poquito primero (garúa nivel 1) y con más intensidad después (garúa nivel 12, más o menos).

Este año #CR14 asumió la diversidad: 3 escenarios (principal, temático y hangar), un domo alternativo, espacios de descanso con materiales reciclados, una carpa con rockumentales, tirolesa para cruzar de derecha a izquierda el escenario, fiesta electrónica, la Glamnation, fotogalería, murales, disquería y peluquería, la vuelta al mundo… Todo en un predio sobresaturado de información que atrae, intrínsecamente, por su propuesta musical.

Cuando llegamos al predio Iván Noble exprimía los primeros minutos de su set en el escenario principal, en el hangar Numeral terminaba el suyo y De La Rivera hacía explotar de gente el domo naranja, en un set que acabó con Liebre y Los principiantes e incluyó groupies fervorosas, pasitos de baile improvisados, una bailarina sobre el escenario y mucho (pero mucho) agite. Lo de los villamarienses anticipó la presentación del libro Díscolo e Hipnótica (que terminó superponiéndose a IKV) y vino después de que Cultivo abriera el escenario cerca de las 16hs., seguido por los encantadores Paris Paris Musique y Uneven, la banda del ex jugador de básquet Fabricio Oberto.

[slideshow id=514]

Cruzamos al hangar donde es el turno de Segundo Nova, banda que suena a distorsión, a retumbe, a detonación que te llega al estómago y vibra. Son exactos en los tiempos, en las formas de cantar, de moverse y pararse frente a la gente, manteniendo una inquietante lucidez musical. No por casualidad ésta fue una de las bandas elegidas por PPM para telonear lo que fue la presentación de su disco. Recomiendo, altamente recomiendo.

Adelantado en los tiempos ahora en el principal suena León Gieco, un clásico que no sorprende con el repertorio elegido sino a través de la habilidad en que conjuga músicos como los de Infierno 18 para sonar ‘punky’. En el país de la libertad, Sólo le pido a Dios, Los salieris de Charly, El Fantasma de Canterville, son los temas con los que se despacha en su set. Arriba del escenario un abuelo de lentes y campera de cuero tocando con una banda de pibes de espíritu inquieto y sonrisas increíbles.

De vuelta en el hangar empieza a sonar Anticasper. En la previa la gente, impaciente, decidía entre ellos e IKV y si bien se mantuvo en menores proporciones el del primero, podría idearse la respuesta de un público cautivo que ya conoce a la banda y la sigue eligiendo frente a una propuesta tan inmensa en el principal.

IKV arranca su set con Helicópteros, Chaco, ULA-ULA, Jaguar House… La esencia no falla e impone a Dante y Emanuel como chamanes de un ritual de sanación funk, en la que el baile es la ley primera. El piso vibra, la gente late al unísono y cada una de las canciones refuerza la potencia de la vuelta. Otra vez el resultado se repite: MONUMENTAL (sí, de nuevo y con mayúsculas).

Último paso por el hangar en una rara seguidilla: The Tristes y Los Cocaleros. Los primeros suenan inciertamente a trash, como enojo contenido en una canción, cercano a Ska-Pe, pero no igual. Los Cocaleros, discurren entre el surf-rock y el punk; una especie de encanto encarnado en el surf de los ´70 con el ímpetu y la actitud del punk posesionándose del cantante, un espectáculo circense sin lugar a dudas.

Afuera ya empiezan a caer las primeras gotas y sobre el principal Skay Beilinson hace magia, dejando a la luna hueca. Bancándose la lluvia, tanto él como la gente, lo de Skay fue una cátedra. Así de escueto e inmenso. Así de místico y mítico.

Los primeros acordes de la banda hacen saber que Charly ya llega, que su set arranca con Cerca de la Revolución, sigue con Rock & Roll yo y que recién para invitar a Pity Álvarez a tocar La sal no sala, va a hablar y no cantar. No hubo banda sinfónica en el escenario y sin embargo la versión de Desarma y sangra junto a los violines, fue sublime. Sin embargo el elemento sorpresa en cuanto a Charly recae en eso: la invitación esperada hacia Nito Mestre (el re-encuentro había sido rumor/certeza las semanas anteriores) para tocar Instituciones o como fue el caso del Pity. Las canciones siguen siendo las mismas, mientras los mecanismos de soporte se mantienen: Rosario Ortega y esa gigantesca banda que sostiene al músico cada vez que lo necesita. Eiti Leda fue la elegida para cerrar esta primera vuelta.

Al final la lluvia enalteció las sensaciones. Final mareado (y barroso) para este día uno del #CR14.

[nggallery id=514]

Leave a Reply

Your email address will not be published.