LOS LOOPERS: El idioma de las máquinas

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Los Loopers acaba de editar su primer disco, un viaje comandado por dos nerds hacia las zonas más emocionales de la música electrónica.

Tienen el mismo nombre, la misma edad y al verlos en vivo es fácil notar que los une algo más que cuestiones azarosas: juntos forman un tándem que explora las texturas, los ritmos, las secuencias, los silencios y los ruidos que despide su arsenal de máquinas, una especie de parque de diversiones en miniatura y apuntado a los geeks del sonido. Cuando activan sus poderes, como unos gemelos fantásticos del beat, Pablo Brizzio y Pablo García forman Los Loopers, un dúo dispuesto a tensar las posibilidades de la música electrónica ejecutada en vivo desde una confección intelectual, pero con un claro propósito bailable.

Durante años fueron un secreto a voces, un live act que uno podía encontrarse en fiestas privadas de Cofico o General Paz o en algún centro cultural, como número de cierre de una muestra o festival. Ya llevan diez años de carrera, a veces con formaciones alternativas, pero siempre con el mismo objetivo. “Todo fue un camino ascendente, siempre fue crecimiento para nosotros”, dice Brizzio. “En nuestros comienzos teníamos muchos menos equipos, pero no es que hiciéramos una música distinta. Quizás era algo más genérico, por decirlo de alguna manera. Podíamos tocar en boliches y fiestas y funcionaba, no era algo inentendible”.

Con los años llegaron nuevos y mejores equipos, lo que se tradujo en más sonidos para experimentar. “Agregamos más máquinas para sumar distintos timbres. Sino, era como tocar siempre con los mismos colores”, dice García. “Al juntar diferentes marcas, adquirimos más personalidad. Los Loopers es un proyecto es abierto, nunca tocamos lo mismo y mañana vamos a tocar mejor que hoy. Tenemos un slogan: ‘Somos discípulos del feedback’: aprendemos de lo que nos vuelve, todo el tiempo, cada cosa mejora nuestra música. Todo nos permite perfeccionarnos”.

Brizzio y García se conocieron por un amigo en común que se dio cuenta de que podía haber comunión entre ellos. Cada uno llegó a la música electrónica por caminos distintos. Uno –García– es melómano desde muy joven y con Dubnobasswithmyheadman (1994) tuvo una especie de revelación: el tercer disco de Underworld mostraba una nueva cara para el grupo, alejada del synthpop de los ‘80 y más en sintonía con estilos de la época, como el progressive de la era rave. Esa era la música que tenía ganas de hacer.

El otro –Brizzio– flirteó con el rock durante su adolescencia, incluso como baterista amateur, pero al cambiar de colegio conoció nuevas amistades que lo llevaron del patio de la escuela a la pista de baile. “Ahí conocí gente que le pintaba ir a Lokitas, Pekaboo… A partir de esas noches me dio curiosidad por saber cómo hacer esa música”, recuerda. Era cuestión de que las partes se unieran para fundar Los Loopers, quienes hallaron la forma más coherente de celebrar su década: su primer LP.

La obra lleva por título Viaje al mundo de las máquinas y es un resumen de la ética de trabajo looper. Concentraron sus diez años de trabajo en doce tracks por los que desfilan todos sus gestos estilísticos, desde el minimalismo al groove más ácido. “Fue un proceso muy largo”, comenta García sobre el disco. “Hacemos mucho prueba y ensayo, trabajamos sobre patrones y en base a eso crece el tema, pero siempre lo hacemos distinto. Por eso nos costó tanto grabar”.

Más allá de sets grabados para radios o sitios web y sus dos EPs (Alegría y Nostalgia y Los Loopers), este es el primer larga duración de la dupla con pretensiones de obra. Dicen que esos trabajos previos fueron necesarios para llegar a este punto, porque necesitaban un grado de control en el estudio que en vivo era difícil de lograr. Brizzio: “La estructura siempre cambia, es mutante. Por eso para el disco tomamos una decisión: los tocamos en vivo, como si fuéramos una banda de rock, pero ensayamos mucho previamente para estar listos al momento de grabar”.

García compara el estilo de Los Loopers con una banda de free jazz. “A mí me marcó mucho Medeski, Martin and Wood. Tenemos una parte definida y después jam, jam, jam y volvemos sobre esa parte. Eso es muy del jazz, no es de la música electrónica. Volver sobre un patrón y controlarlo, pero siempre de acuerdo al momento, con la manera en que nos retroalimentamos”.

En octubre, la banda emprende un viaje hacia Colombia, donde actuará en diferentes ciudades en una especie de intercambio cultural. Allá trabajarán con artistas de cada localidad para compartir experiencias y mostrar su música en otras latitudes. La idea los tiene muy entusiasmados y el verbo que define el trip es “compartir”, incluso en lugares en los que la música electrónica es apenas un eco de las grandes ciudades, un estilo sin representantes locales.

De todas maneras, la comunión parece garantizada: así sea con máquinas o instrumentos acústicos, pocos lenguajes más universales que el baile.

Escuchalos en losloopers.bandcamp.com – soundcloud.com/losloopers

Foto por @rocioyacobone

 

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