Crónica de una muestra

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Me había estado preparando para una nota que sabía de antemano que iba a venir cargada. El desafío era inminente y el Museo Evita- Palacio Ferreyra tenía sus puertas abiertas el 25/09 a las 18hs puntual.

Dieron cita en el hall principal. Allá al fondo, apadrinando la muestra, está Dalmacio Rojas. Impecable, con Beatriz al lado. Al costado de la escalera principal, el bendito jurado -integrado por Daniel Capardi, Elizabeth Cárdenas, Pablo González Padilla, María Dolores Moyano y Raúl Santana- ansioso por dar el veredicto, aguarda la llegada de los participantes.

Ni bien nos dieron la bienvenida los anfitriones, se invitó a los 35 participantes seleccionados a recibir el diploma. Un ambiente tenso pero cargado de alegría, intriga y expectativa. No se escuchó volar ni una mosca, todo el mundo hizo silencio –algunos con un atado de nervios, sin disimulo- y el momento de la entrega del V Premio de Pintura del Banco de Córdoba 2012 llegó. El primer premio fue entregado a Pablo Scheibengraf con “Azul perfuma la noche”; el 2° a Ariel Martínez Archina con “Camino al Morra” y el tercero a Claudia Perrotta con “N° 17 de la Serie Puente”. Quedé impactada con las menciones Artista Joven para Manuel Coll y Artista Revelación para Noelia Farías con “A la espera”.

Terminó el acto, y nos fuimos al subsuelo. Acompañada por un delicado e íntimo cóctel, me tomé el atrevimiento de hacer una auto-selección. Confieso: nosotras también nos encendemos.

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Apenas ingreso al salón, me encuentro con la pieza de Manuel Coll “Sin título”. Me sentí sedada por los colores y su composición, integrados en un paisaje armónico casi desnudo- salvo el curioso astronauta.

¿Qué hay en tu obra? Hay un explorador, un observador y un observado. ¿Por qué pintas? Pinto porque mientras lo hago, pienso de otra manera.

Empiezo a sentir algo que de atrás me golpea la nuca, y cuando me doy vuelta: veo un cuadro de 141 cm x 174 cm, que dice “Se vende”. Es la obra de Salvador Marino titulada “Entre la última cucharada de arroz con leche (poca canela, una lástima)”.

¿Qué representa tu obra? La obra como cualquier otra tiene múltiples lecturas, pero no soy yo quién debe decir esto. Tengo la terrible desventaja de haber sido yo quien la ha pintado. Sólo me permito decir que la obra representa en mí una disonancia, una especie de esquizofrenia en alguien que intenta ser fiel a una búsqueda propia y una realidad inabarcable por fuera. Innegablemente tiene mucho de crítica, y si se quiere, crítica al salón donde está siendo expuesta. Me alegro que habiendo sido seleccionada y expuesta acá, se mantiene zumbando y revoloteando al lado de un montón de pinturas que fueron elegidas por meras brisas de modismos, como si el arte debiera dirigirse hacia algún lado, o peor aún, solo para donde el viento empuja. ¿Qué significa el nombre? La historia es algo simpática. Recuerdo que mientras estaba pintando el cuadro, fui a mis libros y agarré uno al azar, o casi al azar. Abrí “Bestiario” y comencé a leer: “entre las últimas cucharadas de arroz con leche (poca canela, una lástima)…” y me detuve allí, sentí que no había nada más para leer, que esas palabras conjugaban una obra completa. No me importó como proseguía el cuento, es más, nunca seguí leyéndolo. En ese momento, o muchas horas después, a quién le importa, decidí que ése era el nombre que debía llevar el cuadro. El título es una inconexión, tiene con la obra una relación histérica. Pero esa referencia inconexa intenta obligar a darse el lujo de una pequeña pausa para la aparición de un nuevo diálogo con la obra.

Necesito una copa de vino. Mucho mejor así. Silenciosa e intuitiva, sigo el recorrido de la sala y me detengo frente a un delirio: Adrián Bertol vuelca su imaginería en “Toofu”, cuyos antecedentes proceden del mundo del cómic.

¿Qué te impulsa a producir? Es una suma de cosas. Hay una cosa que es el tiempo presente, lo q va pasando; y después es un gran catálogo de grandes imaginarios que van pasando por la vida. El tema del street art, las paredes que van pintando diferentes artistas, que van tapando unos a otros y son todos distintos. Entonces yo en un solo objeto puedo pintar de maneras distintas, con distintas improntas. Las pinturas siempre están en espera, y hay un momento en que yo voy y le cargo algo nuevo, tapo algo, pongo algo. ¿Qué ves cuando lo ves? Como un gran lío, gran trastorno mental.

Y allá, al fondo del pasillo, una pieza de Elian Chali. Fría y sintética a nivel visual, “Divorcio” se llama.

¿De qué habla la obra? Está bastante explícito el mensaje. Es una casa con carácter ilustrativo medio aniñado, dividida por un bloque de cemento muy frío. Representa la ruptura del hogar con la accesibilidad de la separación y la falta de compromiso en la familia. ¿Y qué es para vos el arte? Una herramienta, de expresión, de cambio y acción social.

Entre la obra de Elian y la de Adrián, estaban las coloridas obras de Andrés Silva Sle, “Caritas” y Claudia Perrota titulada “N° 17 de la Serie Puente”.

Andrés, ¿cómo trabajas? La obra es de una serie donde trabajé con imaginería urbana. Apunto a los colores más urbanos, más pop como el magenta, el rojo, el negro y siempre hago hincapié en el contraste. Trabajo mucho con la línea. La obra es un retrato de una forma bastante libre y es parte de una serie de retratos urbanos.

Claudia, el amarillo para vos es…  Es fuerza, es luz, rebeldía.

Aturdida de tanto color, me seduce una pintura monocromática, algo violenta, “La voz del jefe” de Martín Cicliani, una especie de retrato de nuestra Nueva Córdoba querida, borracha de construcciones. Y lo encendí para AY MAG.

La voz del jefe:

–          ¿A qué huele? Huele a violencia

–          ¿A qué sabe? A opresión

–          ¿Qué textura tiene? Es áspera

–          ¿Qué ves cuando lo ves? A la voz del jefe

–          ¿Con qué sonido lo identificas? Con el silencio

Así como lo oscuro e intrigante me cautivó, la obra de Pablo Bisio “El más negro de los mares”, entró en un juego similar conmigo.

¿Cómo surge la pieza? La obra surge de bucear en lo más profundo. Dejar la superficie, para ver lo que hay por debajo. ¿Y qué ves? Veo lucha, profundidad y un horizonte luminoso.

Por último, en la última sala, un cuadro súper realista cuyo título me llamó mucho la atención: “Camino al Morra” de Ariel Martínez Archina.

¿Cómo nace esta obra? Tiene una historia. Resulta que tuve un pequeño problemita de estrés e iba al psicólogo que atendía en el Sanatorio Morra. Y yo de la casa de mi vieja al Sanatorio, me iba caminando y sacaba fotos con una cámara digital. Y esta imagen queda a una cuadra del sanatorio. Yo sacaba fotos y las grababa en un cd. Y pasó un año y empecé a ver esas cosas que había sacado cuando estaba un poco mal. ¿Y qué te gusta? Lo que me impactó de esta imagen es la complejidad que tiene y que está desolada: en ningún momento aparece nada, ni un pajarito, ni una arañita ni una persona. El auto viejo, el paso del tiempo, se ve que están colgando de los ganchos; es un tema bien nuestro, un tema social.

AY MAG ya te avisó. Tenes tiempo hasta el 7 de octubre, en el Museo Evita Palacio Ferreyra.

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Nómina de los 35 artistas seleccionados en el V Premio de Pintura organizado por el Banco de Córdoba: Melisa Angulo, Pablo Baena, Adrián Bertol, Lautaro Bianchi, Pablo Bisio, Elian Chali, Martín Ciciliani, Manuel Coll, Gustavo Cosacov, Gabriel Augusto Di Marco, Nubar Doulgerian, Noelia Farías, Rosa Mercedes González, Carolina Inés Gotusso, Lucas Jalowski, Eduardo Lascano, Silvina Lazzarini, Vivian Levinson, Nicolás Machado, Teresa Maluf, Salvador Marino, Ariel Martínez Archina, Ana María Milía, Dante Montich, Luz Novillo Corvalán, Gerardo Oberto, Claudia Perrotta, Fernanda Piamonti, Alejandra Repetto Escardó, Alfredo Rumis, Pablo Scheibengraf, Andrés Silva Sle, Beatriz Sola, Marcelo Swinnen Y Mario Vidal Lozano.

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