FOTOGRAFÍA: Una taza de té por Camila Lukasiewicz


“Una taza de té” por la artista Camila Lukasiewicz es una exploración por las manifestaciones del ser, a través de los objetos, rincones y espacios domésticos. Deja al descubierto que nuestra manera de habitar no es un acto superficial sino una conducta, una expansión de nosotros mismos. Sus fotografías desafían el lenguaje como una representación de la realidad y nos ponen frente a espacios encantados por la acción cotidiana; cada uno con una cualidad irrepetible. La ausencia de personas nos convierte en los únicos presentes, las luces recorren el vacío construido y ponen en evidencia las huellas de un existir. ¿Quién está detrás de escena? Estas revelaciones serán actos de la imaginación.
Florencia Forchino.

«Me llamo Camila, me dicen de un montón de formas más. Soy Naturaleza y hacia ella voy. Geográficamente hablando nací en Rio Cuarto – Córdoba y me muevo según mi instinto. Hoy y desde hace siete meses estoy viviendo en Costa Rica, en un pueblo costero sobre el Océano Pacifico. Probablemente regrese a Córdoba en un tiempo.»

«Soy fan de andar descalza y de sahumar. Catadora de limonadas. Amo lo vintage, la danza, las infusiones. No tengo onda con el color rojo. Digo saber a dónde venden la mejor pizza del mundo.»

¿Cómo te iniciaste en la fotografía? «Recuerdo haber hecho cursos de fotografía documental y composición. Años después, saque a la luz una cámara analógica que mi papá había comprado en un viaje cuando era chica. Desde el primer click el amor y el placer que me genera el instante fotográfico no paró de crecer y la técnica analógica, la esencia de la película, su forma y sus resultados me sedujeron hasta un nivel casi pasional.»

¿Dónde encontraste inspiración en la selección que realizaste en AY MAG? «Fue mas bien un trabajo de descubrimiento junto a Flor Forchino. Durante mucho tiempo me dedique a la producción, por lo que recién ahora estoy adentrándome en una etapa de revisión de ese material y visualizando lo que puede surgir de ahí. Tengo un archivo fotográfico bastante grande, en los últimos 5 años disparé alrededor de 70 rollos, los cuales fueron revelados en su mayoría por @laultimapelicula, por lo que Flor ha visto gran parte de ese registro. Este ejercicio de revisión es muy personal y profundo, entonces siento muy intimo el hecho de compartir en crudo casi la totalidad de mis fotografías con alguien. De ahí es que desde hace tiempo teníamos ganas de hacer algo juntas, así que esta me pareció la oportunidad perfecta para comenzar y la invite a hacer la curaduría de la serie. Trabajamos primero descubriendo e interpretando todo el material, y después organizando y agrupando las fotos en posibles categorías, dentro del concepto general que las contiene que es el habitar. De entre esas, me quedé con el conjunto de fotografías que hablan sobre lo domestico, sobre la experiencia de la casa y las formas de ocupación de la vivienda, expresión del habitar. Una invitación a comprender el sentido multidimensional de lo intimo en el ámbito del hogar. Este interés por la morada y su documentación coincide ademas con la situación mundial actual.»

¿Qué te conecta con la fotografía? «La posibilidad de dialogar con el tiempo, de reconocer el presente en un click, el instante, la vida y la muerte. Desde ahí documentar esos momentos o composiciones que me generan emociones como inspiración, intimidad, curiosidad, admiración.»

¿Cuándo es un momento para sacar fotos? «Siempre que mi mirada encuentre una composición bella en combinación con una luz poética es un buen momento para la fotografía. Suelen ser momentos de soledad. Salir a explorar casi siempre implica llevar alguna cámara conmigo. Fotografiar conlleva una concentración absoluta, un compromiso con la acción, es un momento meditativo, puedo pasar ratos esperando por la luz adecuada o que el auto que esta estacionado eventualmente se mueva de mi toma.»